Bueno, y ahora, ¿quieres que hablemos sobre tu extraña dependencia?
No, ya la conozco. No es una dependencia exactamente, es una adicción humana.
... Cerré la puerta, bien cerrada con sus pestillos y tablones de madera para que nada saliera de ahí. Eché el freno de mano con todas mis fuerzas y puse primera por si acaso, nada podía moverse más o me desestabilizaría...
Pero siempre igual... me asusta la complejidad de la mete humana, los mecanismos de defensa y todas las estructuras que creamos para escondernos en la batalla...
Esta vez...
Quiero abrirte la puerta, sin tirar de tu brazo para que entres. Yo te invito a pasar...
No quiero colgarme de ese brillo de tus ojos ni de tus palabras. Aún no conozco tu voz ni tu risa.
No puedo correr, tengo los tobillos dañados de otros grilletes...
Esta vez, quiero que seas tú ...
:)
sin disfraces, sin mentiras, sin la piel...
martes, septiembre 16, 2008
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